El pizzero que fue encontrado ayer enterrado y tapado con una carpeta de cemento en la casa de su empleador, en el partido de Ituzaingó, murió a raíz de fracturas en el cráneo tras ser atacado a golpes con una barreta, según los resultados preliminares de la autopsia, informaron hoy fuentes judiciales.
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La víctima tenía 53 años. Había ido a cobrar su sueldo y aguinaldo a la pizzería donde trabajaba, pero los vecinos lo escucharon discutir con su jefe, quien fue detenido.
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