Washington envió a la zona cuatro destructores y un avión de patrulla Poseidón P-8 tras la provocación. Según el Comando Norte, los buques de Beijing y Moscú permanecieron en aguas internacionales.
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El Comando Indo-Pacífico de Washington aseguró que las acciones del régimen de Xi Jinping pusieron en peligro la tripulación de la embarcación que tuvo que reducir su velocidad para evitar una posible colisión
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