No sé de dónde sacamos la idea de que los que ganan las elecciones deben imponerse con toda su fuerza sobre los que pierden y los que pierden deben empeñarse en no dejar gobernar a los que ganan. Si queríamos el cambio, seguir peleando no es el cambio sino la continuidad, solo que ahora están arriba los que antes estaban abajo y el proceso se repite en un remolino del que no podemos salir, como si fuera un destino inexorable de continuidad aplastante.
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