La mujer de 29 años pudo escapar por un ventiluz de la casa de la provincia de San Juan en donde había vivido un infierno. Su pareja, Maximiliano Taborga, la había tenido cautiva y atada a una cama, donde la obligaba a prostituirse a cambio de droga y dinero. Todo delante de su hijo.
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La mujer de 29 años pudo escapar por un ventiluz de la casa de la provincia de San Juan en donde había vivido un infierno. Su pareja, Maximiliano Taborga, la había tenido cautiva y atada a una cama, donde la obligaba a prostituirse a cambio de droga y dinero. Todo delante de su hijo.
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