“Lo ideal sería evitar que haya personas no convivientes en un lugar cerrado, pero esto es imposible”, aseguró Andrea Pineda Rojas, investigadora del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) y del Conicet. Hablar o gritar hace que emitamos hasta 50 veces más aerosoles (pequeñas gotas) que cuando respiramos, por lo que permanecer
[Leer más]