El 18 de octubre a las 17:20, un chico, vecino del Campo Tupasy en San Miguel Oeste, dio el aviso a la Bonaerense de que algo olía profundamente a podrido en la pila de bolsas de basura entre el espacio entre el paredón del complejo habitacional y la empresa de transporte de residuos Panizza, un olor que no correspondía a la pila de pañales y restos de comida en el lugar. Había una bolsa de nylon negra, grande, cubierta por un colchón de goma espuma de una plaza, pelado, sin forro.
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