La Palabra de Dios desata lo que llamaría un “ciclo virtuoso de lo sobrenatural” que empieza en palabra y termina en palabra. Empieza con la exposición de alguien que proclama la Palabra de Dios. Sigue con alguien que oye la Palabra de Dios y la cree, y se completa cuando sale la Palabra de Dios […]
[Leer más]
La Palabra de Dios desata lo que llamaría un “ciclo virtuoso de lo sobrenatural” que empieza en palabra y termina en palabra. Empieza con la exposición de alguien que proclama la Palabra de Dios. Sigue con alguien que oye la Palabra de Dios y la cree, y se completa cuando sale la Palabra de Dios de la boca de quien creyó en ella. Luego entra en el oído, va al corazón y cuando sale por la boca se desatan milagros sobrenaturales.
[Leer más]