El escándalo de la resurrección de Cristo y la vuelta por el Espíritu a la vida, no es soportable para el mundo actual. El antidepresivo del “Espíritu Santo”: fuerza, luz, amor, verdad, vida, compañía, libera de todo mal a quien se deja inhabitar por Él.
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El escándalo de la resurrección de Cristo y la vuelta por el Espíritu a la vida, no es soportable para el mundo actual. El antidepresivo del “Espíritu Santo”: fuerza, luz, amor, verdad, vida, compañía, libera de todo mal a quien se deja inhabitar por Él.
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Dios Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno, y la armonía entre los tres es perfecta, porque sus virtudes son iguales y sentir también. No podemos concebir al Espíritu Santo como una persona que no anhele tener comunión con nosotros. Dios desea, entre otras cosas, que la comunión del Espíritu esté con nosotros, es por tanto algo fundamental del andar cristiano (2 Corintios 13:14).
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Los pioneros están abiertos a los cambios por más desafiantes que sean. El cristianismo demanda nuevos enfoques, debemos tener cuidado que nuestros corazones no se cierren e impidan aceptar la renovación que Cristo trae consigo.
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