Casi como un fin de clases, el polémico presidente de Emsa, el clossista Sergio Pity Ferreyra, con el respaldo del octogenario jefe sindical de los eléctricos, Julio Cachilo Rodríguez, y el silencio cómplice del directorio, se aprobó el último balance de Emsa. No trascendieron los números finos de la deuda que arrastra la distribuidora eléctrica de Misiones, pero, es casi un hecho, que supera los más de 800 millones.
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