Tras la estampida que dejó al menos 125 muertos en un estadio de fútbol en Indonesia, el presidente, Joko Widodo, ordenó revisar la seguridad en los estadios.
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El delantero Abel Camará habló de lo sucedido en el estadio Kanjuruhan después de que su equipo cayera por 3-2 en el derby de la ciudad de Malang. Tras el final del partido las fuerzas de seguridad respondieron a una invasión de campo con el uso de gases lacrimógenos que ocasionaron una enorme estampida humana que se saldó con la muerte de 127 personas y más de 180 heridos.
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El fútbol de Indonesia sufrió una avalancha sangrienta y la cifra de muertos aumentó a 125 y hay un gran número de heridos. Algunas personas murieron por el caos, apretadas unas contras otras, a causa de los empujones, pisoteos y asfixia. Fallecieron 17 niños.
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Hinchas del club Arema saltaron a la cancha, enardecidos por un mal resultado, y se enfrentaron con la policía, que reaccionó con gases lacrimógenos.
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