Sebastián Báez estaba jugando un partidazo en su debut en el US Open, pero el cuerpo le dijo basta. El argentino se había plantado firme ante Carlos Alcaraz, tercer favorito, en el choque que abrió la acción en el Arthur Ashe, y había exigido al máximo a su rival en los primeros dos sets, que el español se llevó con lo justo por 7-5 y 7-5.
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