La peor de las noticias recibió en pleno cierre de año la familia de Pablo Nicolás Plaul (17), el adolescente que murió tras recibir una descarga eléctrica de la farola de un hotel en Iguazú, en 2006. El último martes, once años después del hecho, la Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó el pedido de la familia para que la causa se reabra.
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La familia había presentado un recurso para que el caso no quedara impune. El máximo órgano lo declaró inadmisible. “Nos parece injusto, resolvieron sin siquiera escucharnos”, dijo a PRIMERA EDICIÓN el abogado Bois.
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