Estamos a una semana de las próximas elecciones. En medio del desprestigio que las rodea, todas las encuestas apuntan a una polarización nacional que daría vuelta los resultados bonaerenses y que afectaría a varios dirigentes que tienen buena imagen. A pesar de la inflación que no afloja el Gobierno exhibe datos que lo ayudan. En Cataluña, en un partido que no terminó, hay alegría de los españolistas y frustración de muchos independistas. Nuevas prioridades del FMI
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