Cuando Tomás Elías Fredrich Rodríguez agarró la ovalada por primera vez, a los 13 años en el club Centro de Cazadores, quizás no se imaginó que el rugby iba a cambiar parte de su vida. Porque luego de formarse en el club “cazador”, además de pasar por las filas de CAPRI y Carayá de Eldorado, le lleg
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