Ricardo Villalba, preso por haber matado a palazos a su tío en Iguazú y luego de intentar escapar a nado hacia el Paraguay, se declaró culpable en un juicio abreviado que tuvo lugar en el Tribunal Penal de Eldorado. El muchacho confesó haber cometido un “homicidio simple”, que contempla penas de entre 8 y 25 años de prisión. Y luego su defensor y la Fiscalía acordaron para él 17 años de encierro.
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