En este desfile de bolsos, valijas e inflación de arrepentidos es bueno recordar que no estamos ante héroes que merecen el tratamiento de patriotas. Se trata de malandrines que se beneficiaron con sus vínculos con el poder estatal de turno, pagando para ello. Lo que pasa con los presos comunes y el sistema carcelario. Glifosato y Pueblos fumigados: Una mezcla mortífera
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