Dios nos promete que “confortará nuestra alma”, y nosotros debemos creer en esta promesa y determinarnos a recibirla. Nuestra esperanza en Cristo Jesús es que aunque las cosas no vayan bien, cuando hay restauración del alma, terminaremos en victoria, obtendremos gozo, sanidad, libertad y plenitud absoluta. Veamos lo que nos dice la Palabra de Dios.
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