El día que su agente la llamó para decirle que la habían elegido para protagonizar la serie “La Mujer Maravilla”, Lynda Carter tenía 24 años y 27 dólares en su cuenta bancaria, que no le alcanzaban siquiera para comprar un pasaje de regreso desde Los Ángeles a Phoenix, Arizona, masticando el fracaso de su carrera de actriz.
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