La combinación de sequía con la ola de calor y algunas heladas tardías en zonas cosechadoras dañó la producción. Las altas temperaturas quemaron las verduras de hoja verde y dañaron las frutas provocando una fuerte baja en la oferta y un salto en los precios de origen. La caída del poder adquisitivo limitó que estos costos se trasladaran íntegramente a góndola.
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