Fábricas abandonadas y un puñado de árboles de Tung son los remanentes de una época en la que Misiones fue un polo productivo de una fruta utilizada hasta hoy en día para la elaboración de aceites.
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El silencio que genera el cierre de una fábrica se agiganta cuando miles de productores de materia prima dependen del trabajo de sus obreros y del rumor industrioso de su maquinaria.
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Hace 70 años los sinuosos caminos de tierra colorada que trazan pinceladas en los paisajes agrestes de Misiones, estaban acompañados a sus márgenes por un pomposo árbol traído de Asia, cultivado de manera intensiva por los colonos debido a su fruta, portadora de una valiosa semilla utilizada en la elaboración de aceites. Al tiempo de hoy y aunque se mantiene su alto valor internacional, Misiones no produce más; sin embargo en la provincia aún quedan algunos vestigios de la “era del Tung”.
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