El Pastor Guillermo Decena expresó que "lo que preocupa no es la incredulidad de los incrédulos sino la de los cristianos, porque Jesús aconsejaba a creyentes que no dejaran de orar, confiando que lo mejor iba a venir si no desmayamos. Por eso debemos desechar toda frase, actitud o pensamiento de incredulidad, abrazar como un niño las promesas de Dios, confiando que el Padre nos dará lo mejor".
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