El agua de lluvia que cae en la chacra se infiltra, y el excedente corre a baja velocidad y transparente, no roja como en años anteriores. Es la evidencia de que está funcionando el manejo de suelo en yerbales, impulsado por el Servicio de Extensión Yerbatero del INYM, con lo cual se evita la erosión hídrica y se devuelve, lentamente, fertilidad para más productividad.
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