Lo explicó el ambientalista Raúl Aramendy, quien enfatizó que el sistema de potabilización que usa Samsa “es arcaico y realiza una purificación parcial”, que el almacenamiento presenta problemas y que hay filtraciones en las tuberías de transporte del agua, por lo que el líquido que llega a los hogares, está mezclado con agua contaminada del río -con glifosato y otros químicos- y de las napas –en contacto con materia fecal por la falta de cloacas-.
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