En la autopsia, que se hizo dos días después en la morgue judicial de la ciudad de Buenos Aires, Sergio Maldonado reconoció el cuerpo: identificó a Santiago por los tatuajes. El juez federal a cargo de la causa, Guillermo Lleral, aseguró más tarde que el cadáver no mostraba lesiones. El cuerpo se encontraba relativamente bien conservado pese a los más de dos meses desaparecido.
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