¿Vamos a bailar a El Prado?, esas eran las principales palabras que se escuchaban por parte de los misioneros llegando el fin de semana en la Capital provincial. “El Prado”, fue una confitería bailable que encantó a los amantes de la bailanta en la década del 70. Único por sus cuatro pistas, el boliche posadeño marcó una generación en Posadas.
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¿Vamos a bailar a El Prado?, esas eran las principales palabras que se escuchaban por parte de los misioneros llegando el fin de semana en la Capital provincial. “El Prado”, fue una confitería bailable que encantó a los amantes de la bailanta en la década del 70. Único por sus cuatro pistas, el boliche posadeño marcó una generación en Posadas.
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