Por: Evelin Inés Rucker Anoche me desperté sobresaltada por un fuerte golpe en la cama. Eran las tres de la mañana y Josefina había llegado para dictarme parte de la historia que no creía recordar. La negra oscuridad me acobardó en mis pensamientos profanos, aquellos que hoy quisiera olvidar pero in
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