El destino cada tanto tiene sus caprichos. Su voluntad inquebrantable puede torcer cualquier decisión y trazar caminos a su gusto. Y eso lo sabe Néstor Pitana, el árbitro misionero que irrumpió hace algunos años en Primera y que llegó a ir al Mundial de Brasil. Sin embargo, su historia con el deporte tiene raíces más profundas y alejadas del arbitraje. Debajo de ese hombre con silbato en la mano se esconde -entre otras cosas- un ex jugador de fútbol del ascenso.
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El destino cada tanto tiene sus caprichos. Su voluntad inquebrantable puede torcer cualquier decisión y trazar caminos a su gusto. Y eso lo sabe Néstor Pitana, el árbitro misionero que irrumpió hace algunos años en Primera y que llegó a ir al Mundial de Brasil. Sin embargo, su historia con el deporte tiene raíces más profundas y alejadas del arbitraje. Debajo de ese hombre con silbato en la mano se esconde -entre otras cosas- un ex jugador de fútbol del ascenso.
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