Ya tiene 15 años y hace una década que custodia la sepultura de su amo; a pesar de que intentaron encontrarle un nuevo hogar en varias oportunidades. "ya está grande, camina despacio, con tranco lento, casi ya no ve y hace su circuito diario de camino a donde está su dueño difunto. No se va del cementerio, sus ojos se ven agotados como pidiendo permiso para irse con su dueño”.
[Leer más]