El papa Francisco acudió este Jueves Santo a la cárcel Regina Coeli, de las afueras de Roma, donde presidió la misa de la Cena del Señor y realizó el lavatorio de los pies a doce internos, entre ellos dos musulmanes, un ortodoxo y un budista. El pontífice advirtió que la pena de muerte “no es humana ni cristiana” y anunció que deberá someterse a una operación de cataratas en 2019.
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