El dolor arrecia y se hace necesario ir a la farmacia. Un diclofenac va a estar bien. “¿Cuánto es?”, pregunta el cliente, quien enseguida comienza a encontrar rasgos conocidos del otro lado del mostrador. “Discúlpame... ¿vos sos ‘Pico’ Salinas?”, decide romper el hielo el recién llegado. La emoción
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