¡Mentiras, nada cambió! La adaptable resignación hacia el poder establecido es bastante similar a la que se registraba entre 2003 y 2008. Cuando mansamente se aceptaba que para construir, para ligar obras, había que acercarse a Lázaro Báez, El Resucitado. O por lo menos no había que combatirlo. Contaba con el respaldo moral de Néstor Kirchner, El Furia. La reversible Cámara de la Construcción se ponía enteramente al servicio.
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En el Tercer Gobierno Radical abundan radicales que se sienten paradójicamente desencantados. Pese a tener colocados, en el plantel del Ejecutivo, 249 funcionarios nacionales del Partido, minuciosamente contabilizados.
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