Cuando el peón rural Nelson Rovasio salió a buscar leña en un maizal cercano a Luxardo, Córdoba, jamás imaginó el macabro hallazgo con el que se toparía. Mientras recorría el lugar con su perra descubrió el cuerpo del ginecólogo Daniel Casermeiro que estuvo desaparecido una semana y que había sido asesinado de un tiro. Los restos estaban parcialmente quemados y en estado de descomposición. "Casi me desmayo", reconoció Rovasio.
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Cuando el peón rural Nelson Rovasio salió a buscar leña en un maizal cercano a Luxardo, Córdoba, jamás imaginó el macabro hallazgo con el que se toparía. Mientras recorría el lugar con su perra descubrió el cuerpo del ginecólogo Daniel Casermeiro que estuvo desaparecido una semana y que había sido asesinado de un tiro. Los restos estaban parcialmente quemados y en estado de descomposición. "Casi me desmayo", reconoció Rovasio.
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